sábado, 16 de agosto de 2014

AMOR EN EL MISMO IDIOMA


EL MENSAJE DE LOS VIERNES:


A través de los años, los hombres se siguen preguntando: ¿Qué quieren las mujeres?, y para ser honesto, si pudiéramos responder eso en un par de frases, no serían mujeres ni serían interesantes. Justamente lo que enamora de una mujer es ese misterio que no terminamos de descifrar y que nunca podremos decodificar en su totalidad. Nuestro cerebro tan simple no logra comprender la complejidad de la mente femenina.
Por eso es que muchos hombres se enamoran de alguien que no les corresponde, o lo que es peor, no saben como enamorarla, porque no logran decodificar las señales femeninas. El error que suelen cometer los hombres es regalar su tiempo a una mujer que solo quería saber la hora.
En algún momento solemos pensar: “A una loca como ella, le falta un tornillo como yo”, pero luego descubres que en realidad no estaba ni tan loca, ni le hacías falta tu. En resumen, las mujeres terminan siendo como los chinos: nadie las entiende, pero están dominando el mundo.

Por esa misma razón es que no tengo la receta infalible para enamorar a una mujer (ningún hombre la tiene!) pero he aprendido que un hombre enamorado debe hacer, mínimamente, ciertas cosas esenciales, a saber: Cuando ella se enoje contigo y se vaya, síguela. Cuando te empuje o intente golpearte, abrázala y no la dejes ir. Cuando empiece a maltratarte, bésala y dile cuanto la amas. Cuando se quede callada, pregúntale qué le sucede. Cuando te ignore, dale tu atención. Cuando quieras besarla o abrazarla y se haga para atrás, abrázala muy fuerte. Cuando la veas llorando, no le digas nada, solo abrázala. Cuando la veas caminando, corre hacia ella y abrázala. Cuando esté asustada, hazla sentir protegida. Cuando ponga su cabeza en tu hombro, acaricia su cabello. Hazla reír cuando la veas mal. Cuando no te contesta por mucho tiempo, asegúrate que todo esté bien. Cuando parezca que tiene frío, dale tu saco o lo que tengas encima. Cuando dice que te quiere, en verdad te quiere más de lo que te imaginas. Cuando agarre tu mano, agarra la mano de ella. Cuando te cuente un secreto, guárdalo muy bien. Cuando te mire fijamente a los ojos, no despegues tu mirada hasta que ella lo haga (eso es determinante, tu nunca bajes la mirada antes que ella). Cuando te extraña, ella sufre, pero no siempre te lo dirá. Cuando le rompes el corazón, puede perdonar pero el dolor nunca se le irá, ellas tienen una memoria de muchos mas megas que nosotros, no te imaginas lo que pueden almacenar en ese disco rígido. Cuando esté muy enojada contigo, abrázala fuerte y no la sueltes. Cuando le preguntes si todo está bien, y te dice inmediatamente que si, no le creas; ella esperará que se lo vuelvas a preguntar.

Se lo que estás pensando: “¿Pero que debo hacer si ella aún ni siquiera es mía?”. Aún así, no bajes los brazos, tu puedes enamorarla, solo que tienes que trabajar mas duro. Ella se va a dar cuenta que se topó con alguien que la valora mas, que incluso aquella persona que a lo mejor está a su lado. El llegar último a su corazón no significa que eres el menos importante en su vida, significa que los anteriores no han sido tan especiales como para quedarse.
Si estás en plan de enamorarla, no te apures a decirle “Te amo” (las mujeres van a odiarme por esto) porque le darás todo el poder a ella, es mejor que te guardes esas palabras para cuando estés completamente seguro que su corazón es tuyo. Porque si ahora ella se siente segura de lo que sientes, usará el poderoso arma de la indiferencia contra ti. Tienes que lograr hacerte indispensable para su vida. En plan de enamorarla, más vas a ganar de la dependencia que de la cortesía; pero si ella huele que estás completamente loco por ella (y te aseguro que lo huelen a millas de distancia) dejarás de ser interesante, que es justamente lo que a ella le llama la atención de un hombre.

Un hombre razonablemente enamorado puede actuar como un romántico loco, pero no debería ni puede actuar como un imbécil nunca. Si logras que ella deje de admirarte, habrás perdido la batalla. Sin que seas un egocéntrico ni un petulante, debes mostrarte siempre muy seguro, es eso lo que llama la atención de una forma tan milagrosa y tan poderosa de una dama. Que quede claro que estar seguro de ti mismo, no significa que seas un superhéroe, recuerda que en toda mujer hay un instinto maternal de querer cuidar y proteger, por eso siempre es bueno que también sepas reírte de ti mismo. Si ella te admira y te ve cometer alguna torpeza, te admirará aún mucho mas; porque al equivocarte, reconocerlo y reírte de ti mismo, no solo te humaniza, sino que le despertará ternura y ganas de cuidarte.
Es vital que seas paciente, no te apresures. En ocasiones, la ausencia disminuye las pequeñas pasiones e inflama las grandes, al igual que el viento apaga una vela pero a la misma vez puede avivar un gran fuego.
Tienes que tomarte el tiempo para conocerla. No pienses en ella en términos sensuales, aún si lograste llamar su atención, ella no está pensando en tus músculos, tu mandíbula o en tu nuevo peinado; ella no piensa como normalmente lo haría un hombre que no deja de pensar en el rostro de ella o en su cuerpo.
Tal vez ella se duerma pensando en ti y alguna noche susurre: “Como quisiera que estés aquí para abrazarme hasta que me duerma”, pero no lo hace en términos sexuales. Simplemente está queriendo lisa y llanamente un abrazo cariñoso.

A ella la enamora tu personalidad. Tu tarea consiste en conocer sus puntos fuertes y sus puntos débiles, ese es el arte de mover las voluntades. Es más una destreza que determinación. Es saber por dónde vas a poder entrar a su corazón. Primero tienes que conocer su carácter y luego ayudarla a reforzar sus partes débiles, eso resulta irresistible. Ella sabrá que es mejor persona cuando está contigo y que tu descubriste lo que nadie mas vio en ella, o lo que es mejor, lo que otros dan por sentado y ya no se lo hacen notar. Eso te hará único e indispensable, ya que sacaste a la luz la mejor versión de ella.
Si por otro lado eres celoso, tienes que serlo sutilmente. A ella le agradará saber que no quieres compartirla con nadie, pero no deben ser celos enfermizos, sino del tipo: “Tengo miedo que alguien mas descubra lo increíble que eres”. Esos son celos que halagan y enamoran.
Si sigues al pie de la letra estos humildes consejos de este Pastor de los jóvenes, no te prometo que caerá inmediatamente rendida a tus pies, pero te aseguro que te transformarás en el culpable de sus “No se que ponerme hoy...”, para mas tarde terminar descubriendo la pequeña puerta de cómo entrar a su corazón y quedarte para siempre.
Hay mujeres que puedes enamorar con una sonrisa, hay mujeres que puedes enamorarlas con dulces palabras, incluso están las que puedes enamorarlas con un beso…para todas las demás existe Master Card.
Aunque sea motivo de risa, lo que intento decir es que para enamorar de verdad a una mujer que valga la pena, necesitas saber hablar, sonreír, contener, escuchar y por sobre todo, tener paciencia y trabajar duro.

Como verás, nos acostumbramos a hacer turismo emocional y nunca decimos lo que realmente nos pasa. Por eso muchas fabulosas historias de amor se truncan antes de empezar; solo porque aunque se amaban con locura, no tenían la capacidad de comunicarlo en el mismo idioma.
Tu tienes que aprender a hablar el idioma de ellas; se que es complicado y te puede tardar algunos años, pero te aseguro que no es imposible. Ella no está buscando a alguien que la comprenda, solo necesita que la amen.

“El mismo amor, la misma lluvia”


EL MENSAJE DE LOS VIERNES


Perdón a todos los que son mas jóvenes, pero este viernes va dedicado a aquellos amigos de mas de treinta años, o cuarenta.

Hace un tiempo atrás volví a ver la inolvidable película argentina del premiado director Juan José Campanella titulada “El mismo amor, la misma lluvia” (interpretada por Ricardo Darín y Soledad Villamil) donde una pareja se vuelve a ver luego de dos décadas y la frase que mas recuerdo aparece casi al final de la película, cuando luego del re encuentro ella le confiesa, totalmente empapada: “En fin…es que la lluvia ya no cae como antes”. En realidad era la misma lluvia de siempre, lo que había cambiado era su percepción, esa misma lluvia que hace años despertaba su costado romántico, ahora le producía sentimientos totalmente diferentes, porque la vida la había cambiado.
Hoy viernes, recordaba a aquel niño que miraba repiquetear las gotas de lluvia en la ventana de la casa de mis viejos. En esa misma casa tomé el mas sabroso café con leche que jamás probé, con unos enormes panes con manteca y dulce de leche, luego que mamá tocara mi hombro y susurrara cada mañana al lado de mi cama: “Dantecito…arriba!”

Como suele decir Andrés Miranda, un respetado colega y periodista: “Hay días que quieres meterte de nuevo en la foto, cuando éramos unidos y estábamos juntos. Cuando a nadie se le ocurrían las distancias y pensábamos que siempre seríamos pequeños, que nadie se iba a morir y que una casa bastaba para todos. Haciendo un dibujo lleno de amor para el día de la madre, pensando que le harías miles, uno cada año o cada mes…y solo fueron dos o tres. Los días sin heridas, sin temores, cuando se cerraba la puerta después que entraba el último, cuando ni en sueños pensabas faltar a un cumpleaños y ahora no puedes ir a ninguno.”
En casa había montones de libros, de toda clase de autores y géneros y especialmente en los días de lluvia, donde la televisión se veía llena de llovizna a causa del viento que azotaba la antena, aprendí a leer con voracidad, con placer, con ganas y hasta con cierto desorden, imaginando que yo era parte de aquellas asombrosas historias. Podía pasarme una tarde entera a bordo del enorme navío de Sandokan, navegando en un pequeño bote sobre el Mississippi junto a Tom Sawyer o sentado junto a la chimenea de la vieja cabaña del Tío Tom. En casa no solo había una biblioteca repleta de libros, sino que además si el día era muy lluvioso, quizá mamá hasta me dejaba volver a leer la vieja colección de revistas Billiken (todas recortadas por mis hermanos para sus tareas escolares) que ella atesoraba en lo mas alto del placard, amarradas prolijamente con un hilo que antes había servido para atar alguna caja de pizza. “Si lees mucho, nunca tendrás faltas de ortografía – me aconsejaba mamá hasta el hartazgo- además, tu manera de hablar va a ir cambiando, tu lenguaje va a ser muy nutrido, hijo”. Y aunque por aquel entonces tartamudeaba bastante, decidí pensar que mamá tenía razón y que no pararía de leer por el resto de mi vida; así que me dispuse a devorar todo lo que se podía leer en casa: libros, historietas y hasta los viejos periódicos que envolvían las papas.
En esos mismos días y luego de almorzar, veíamos películas en blanco y negro en uno de los únicos cuatro canales que podíamos ver. No había canal de dibujos animados y ni siquiera soñábamos con una videocasetera (que llegaría muchos años mas tarde a la casa de algún potentado del barrio, pero nunca a la nuestra) aún así, era inmensamente feliz de compartir con mis viejos una película de Luis Sandrini, Niní Marshall, Cantinflas y si Dios era providente, hasta había posibilidad que pasaran alguna de Laurel y Hardy o Abbott y Costello, y entonces nos desternillábamos de la risa, junto a un destartalado calentador que fungía como estufa. “Los sábados de súper acción” eran los días del Far West y el televisor le pertenecía exclusivamente a mi papá. Con el supe quien era John Wayne, Gary Cooper, Kirk Douglas, Burt Lancaster o Gregory Peck; con tan solo siete u ocho años de edad, yo podía enumerarlos a todos y reconocer a cada uno. “Mirá, Están dando una de Robert Mitchum, que trabaja muy bien!”, me decía el viejo, como si fuese un eximio crítico del buen cine. Y aunque yo no entendía casi nada del argumento, nada se comparaba a tirar una almohada en el suelo y esperar la parte de los disparos o la pelea en el “saloon” , mientras la lluvia no cesaba de caer sobre las chapas de la habitación del fondo, que era donde mas se sentía y se disfrutaba. Si el piso estaba muy frío (por aquel entonces ni sabíamos lo que era una alfombra) solía sentarme a la mesa con un cuaderno, un lápiz y no parar de dibujar hasta terminar mi propia historieta; “Rocko y Mel” se llamó mi ópera prima, y mostraba las desventuras de dos marcianos perdidos en la tierra.
Mamá preparaba unas tortas fritas de harina deliciosas, llenas de azúcar y cantidades industriales de grasa, pero en aquellos días nadie pensaba en la dieta o que existían comidas que podían hacernos engordar. Y de haberlo sabido, no creo que nos hubiese importado, comíamos hasta que se nos fueran las ganas, tantas como pudiéramos: “Come que estoy friendo más” –invitaba mamá.

Eran días tranquilos, de marea baja.
Yo no era “Dante Gebel” ni “El Pastor de los jóvenes”, era simplemente “El Dantecito”, un niño delgaducho, callado y mi único sueño era vivir aquel día, cortito y lluvioso, con olor a tortas fritas, películas en blanco y negro y mi pila de libros desparramados sobre la cama. Ni se me hubiese cruzado por la cabeza que algunos de mis hermanos algún día iban a morir, o que alguna vez subiría a un avión y me iría a vivir a la otra punta del mundo o que años mas tarde, a alguien le podía llegar a interesar escucharme.

Este Diciembre pasado regresé a aquella casa para estar un rato con mis viejos. El barrio en el que crecimos está envejeciendo. La antigua panadería tiene un cartel que se vende. El almacén de la esquina ya no existe, tampoco la casa. Los niños crecieron y emigraron. La mayoría de los vecinos, son viejos solos. Los que fueron novios de la secundaria están divorciados. Los muchachotes que jugaban con la pelota, han muerto o también están ancianos. Me hizo acordar a una canción de Diego Torres que dice: “Pueblo mío, que estas en la colina, tendido como un viejo que se muere; la pena, el abandono, son tu triste compañía. Pueblo mío te dejo sin alegría. Ya mis amigos, se fueron casi todos y los otros partirán después que yo. Lo siento porque amaba, su agradable compañía, mas es mi vida tengo que marchar”
Hubiese querido saludar a los rostros familiares, acariciar a los perros conocidos, comprar pan calentito en la vieja panadería, o jugar en una calle llena de niños. Pero no pude. Hubiese querido darle nuevas fuerzas a mis cansados padres, o una nueva memoria a la vieja, para poder hablar de muchas cosas que ya no recuerda o le pediría que vuelva a resolver esos crucigramas que ella sola podía hacer, en cuestión de minutos. Cambiaría su andar lento por pasos firmes. Haría que recuerden todo lo que olvidaron de mi niñez y que ya no me pueden contar. Ni siquiera saben donde quedaron todas aquellas fotos que les costó años mandar a revelar, así que, tampoco logramos encontrar alguna de cuando yo era un niñito.

Aún así y con todo aquello que ya no puedo cambiar, 38 años después y al otro lado del mundo y en otra casa junto a enormes montañas, vuelve a llover sobre mi ventana y pienso que efectivamente como dijo el personaje de Soledad Villamil: "La lluvia ya no cae como antes".
Pienso que ya no tengo cuentas pendientes con mi pasado. Fue bueno haber vivido en aquel hogar, mucho antes que me enamorara por primera vez, y muchísimo antes que Dios me pusiera de pie frente a una multitud.
Si ahora mismo estás mirando por el cristal empañado de la ventana del tiempo aquellas cosas que ocurrían allá lejos y hace tiempo, recuerda que a tu historia aún le falta el mejor capítulo. A tu concierto le espera la mejor canción. Un gran compositor guarda su obra maestra para el final.

Aunque no lo creas, cada segundo de vida común es un paso dado. Cada aliento es una página que das vuelta. Cada día es una milla registrada. Estás mas cerca de tu amor de lo que piensas y Dios va a regalarte que envejezcas junto a tu gran amigo del alma, para charlar durante larguísimas horas junto a una chimenea, para reírte hasta que te duela el estómago, mientras implorarás que siga lloviendo durante toda la noche. Porque pensándolo bien, nunca es demasiado tarde. Solo es cuestión de esperar por aquello que amas de verdad.

“OTRO DIA SIN AMOR”


EL MENSAJE DE LOS VIERNES


¿Qué darías por husmear en el diario íntimo de quien amas? Todo sería mucho más fácil si supieras exactamente lo que siente, pero quizá no habría misterio…ni conquista. Casualmente llegaron a mis manos los diarios íntimos de una pareja que se ama, pero que pasarán otro día mas sin tenerse. Si los ves, no les cuentes que leíste sus confesiones aquí.

LUNES:
ELLA: Desde que nuestras miradas se cruzaron por primera vez, mi corazón tiene un latir distinto y mi vida un mejor motivo por el cual luchar. Me enamoré de sus ojos, de la simpleza de su apariencia, de su caballerosidad, de su humor, de su voz tan dulce y tierna, de su risa. Simplemente se metió en mi vida.

EL: Al principio ella no me llamaba demasiado la atención; sin embargo terminó siendo como aquella vieja canción que decía: “Que tenga un toque especial, que sea como es, un aspecto tan normal, que a veces ni la ves; que no sea un huracán, que nunca eclipse al sol, un aroma familiar, que sea casi miel, que sea tanto amor…que escribo en un cartel: un hombre busca a una mujer…”
Tal cual. Me enamoré de su tierna sonrisa, de sus dulces palabras, de su sencillez, de su feminidad. La siento tan niña pero tan mujer. Es la mujer con la que siempre soñé y que creí que no existía. Siempre he dicho que si volviera a nacer, cruzaría el mapa y la iría a buscar a donde fuese, con tal de hacerla mía.

MARTES:
ELLA: Ocurrió que hubo magia entre los dos, no sé si el se habrá dado cuenta pero yo me enamoré de a poco y sin darme cuenta; al mirarlo a los ojos, mi alma despertó, de esa eternidad dormida en un lago oculto; al mirarlo a los ojos mi mirada cambió, y tan solo en ese instante mi corazón lo amó. Y ahora estoy aquí escribiendo acerca de el, pensando en su mirada, y si no hubiera visto esa chispa en su mirada, seguramente no me hubiera enamorado de el, y si al mirarlo el hubiera ignorado mi mirada, seguramente aún estaría en esa eternidad dormida, y no pensando en sus ojos, que tienen ese poder de cambiar mi estado de ánimo y mi día.

EL: Algo en lo más profundo de mi corazón me dice que ella lo sabe, que ya se ha dado cuenta de mis sentimientos. Aunque ambos compartimos esa mirada entre los dos…se que se ha dado cuenta, ya que ella responde a mis ojos, y eso realmente me hace muy feliz. Tengo que buscar la manera de decírselo de algún modo.

MIERCOLES:
ELLA: ¿Cómo sucedió? apareció cuando menos lo esperaba…pero cuando más lo necesitaba.
Si tengo que estar agradecida es porque el escucha atentamente cuando hablo, lee lo que escribo, y ríe con lo que digo. Porque aparece cuando más lo necesito. Porque ocupa mi pensamiento desde el principio hasta el fin, porque mis ojos despiertan cuando lo ven, porque mis oídos se alegran cuando lo escuchan. Le he entregado mi corazón, y solo espero que nunca olvide que allí muy dentro, está el. Ese hombre que yo amo tiene algo de niño, la sonrisa sincera, sabia, inteligente. El hombre que yo amo no le teme a nada, no sabe de enojos, no entiende rencores. El camina en mi mente, es mi único amor entre tanta gente, y se que aunque muchos quisieran estar con el, es el ladrón de mis sueños, duende de mi almohada.

EL: Uf, suena por tercera ocasión el despertador, no quisiera despertarme aún, deseo seguir imaginando su cara. Sin embargo ya es tarde y el día no espera. Finjo ver las noticias mientras tomo mi desayuno, pero en realidad es su sonrisa la que estoy viendo en el monitor, la tengo tan grabada en mi mente que me resulta difícil imaginar otra cosa. Entre prisas y reclamos “¡Estás en las nubes!” o “¡Ya despierta!”, de pronto comenzó el trajín del día.
Un par de horas corriendo y por fin solo, sí; me agrada así. Intento concentrarme en las cosas que tengo que hacer, pero me resulta tan complicado, cada pensamiento inevitablemente me lleva a ella. Y lo peor del caso es que no me resulta molesto, por el contrario estoy aprendiendo a vivir así, con ella a mi lado, aunque solo sea en mi mente.

JUEVES:
ELLA: Imagino lo que le diré cuando lo vea, pero sobre todo tengo que encontrar algún nuevo motivo para acercarme a el. No es que se me dificulte eso, pero tengo que ser convincente y no verme tan obvia; no quiero que se cuenta de todo lo que me pasa; solo espero que sea el quien tome la iniciativa y me diga si siente algo por mi.
¿Me llamará? Todos los días, inconscientemente lo busco entre la gente y no está, es fácil encontrar un ángel entre la multitud, pero no a el. Solo quiero escuchar esas canciones que me recuerdan a su aroma. Me transportan a ese mundo donde todo es posible, ahí no hay leyes ni tiempo, ni espacio, solo el y yo. Ahí puedo tocar su sonrisa, besar esa boca, mirar esos hombros que me encantan. Necesito un baño y por supuesto un re acomodo de ideas, y de sentimientos. Intento dormir pero no puedo, necesito sacar esta ansiedad. La tarde ya se fue, apenas el último aliento del sol parece reírse de mí.

EL: Apenas ceno, en realidad, ¡no tengo hambre!, intento ver la TV, estoy distante. Me pregunto: ¿Qué estará haciendo? El celular suena, una llamada más, pero no la que deseo.
Los ojos se me cierran y en ese pequeño lapso entre la vigilia y el sueño, me parece ver su rostro, esa cara tan perfecta, y esa risa como de ángel, sí, sé que estoy loco, que esto no es normal en un hombre que se presume inteligente. ¿Pero quien después de verla podría vivir tranquilo, sabiendo que anda un ángel por ahí, rompiendo corazones con tan solo sonreír?

VIERNES:
ELLA: Hoy finalmente nos vimos! Pero solo me sonrió gentilmente, me habló de algunas cosas superficiales y luego se marchó. Otro día sin saber si el siente lo mismo, y ¿cuántos más vendrán? No me importa. Llegarán más sueños, más anhelos y en cada uno de ellos…siempre estará el. Solo espero que de una buena vez, el se anime a decirme todo lo que siente, y apenas lo intente, estoy decidida a besarlo antes que termine de hablar. Por ahora…tendré que vivir otro día sin el.

EL: Hoy nos vimos! En realidad no supe que decirle y solo le hablé un par de tonterías, es que no quiero arriesgarme a decirle lo que siento y que me rechace, no podría soportarlo! Además, cuando la veo, no logro darme cuenta si ella siente, aunque sea la cuarta parte, de lo que yo siento por ella. No se si alguna vez logre animarme a decirle todo lo que siento; tal vez solo le robe un beso, aunque luego me de una bofetada. Pero por ahora…tendré que vivir otro día sin ella...

“MORIR DE AMOR O MORIR AMANDO”


EL MENSAJE DE LOS VIERNES

Hace algunos años me puse a pensar en la manera en que quería morir. Se que suena morboso, pero déjame explicarte como arribé a esa conclusión. Luis Sandrini fue un talentoso actor Argentino que filmó nada menos que 72 películas y allá por 1980 mientras rodaba “Que linda es mi familia”, comenzó a sentirse muy mal de salud. Terminó la última escena y se fue directo al hospital a internarse, donde murió 16 días después, un domingo 5 de Julio de 1980; al día siguiente yo cumplía 12 años.
Aún recuerdo las declaraciones de su esposa: “Luis falleció en el set, amando y haciendo aquello que mas lo apasionaba”.
Así es como decidí que quería morir: al igual que Sandrini, haciendo lo que amo y amando hasta el último aliento de mi vida.
Quiero vivir con esta pasión y amor que me ha puesto Dios, hasta que me tenga que ir.

Estoy plenamente convencido que la fecha en la que uno muere no es la misma que queda grabada en nuestra sepultura. La mayoría de la gente muere mucho antes de bajar al sepulcro. Comenzamos a morir cuando ya no estamos enamorados y no nos queda nada ni nadie por quien valga la pena vivir. Y no comenzamos a vivir hasta que no hayamos encontrado alguien por lo quien valga la pena morir.
Es irónico que descubrir alguien por quien valga la pena morir, sea el motivo por el que valga la pena seguir viviendo (Si, léelo otra vez, por favor).
El gran error de muchos es que comienzan persiguiendo una pasión y terminan conformándose con un enamoramiento. Y las pasiones mas profundas, quedan sepultadas bajo los escombros de las responsabilidades cotidianas.
He conocido personas que de jóvenes eran muy apasionadas y románticas hasta la médula; pero tan pronto se casaron y tuvieron un par de hijos, se dedicaron a trabajar para pagar cuentas, como si de eso se tratara el gran juego de la vida. Los gastos fijos ahogaron aquel apasionado amor, se volvieron opacos y dejaron de brillar.
Se que algunos me lo discutirán alegando: “Eso que planteas no existe en la vida real, el amor es una decisión, no solo un sentimiento”, y aunque en algún punto podría estar de acuerdo, eso no significa que deba perderse la pasión en el proceso, porque si eso sucede, solo nos queda el tedio de la obligación. Uf.
El amor verdadero y apasionado es lo que te despierta a primera hora de la mañana y te mantiene despierto hasta altas horas de la noche, en todos los órdenes de la vida.
Conozco personas que aunque todos los días suben un peldaño, son muy infelices y es porque han apoyado su escalera en la pared equivocada (se que algunos entienden exactamente de lo que hablo) y lo que es peor, descubren que en la cima también hay angustia. Es la depresión de la falsa felicidad. Se casaron enamorados del amor y no de quien decían amar. Es como seguir toda una carrera con el único fin de obtener un diploma para colocar en la pared; si no amas lo que vas a hacer, el diploma se pondrá amarillento antes de lo que imagines.
Como suele suceder con las celebridades de Hollywood, que la mayoría termina en clínicas de desintoxicación.
Me pregunto ¿qué hay ahí arriba, en la cima, que los espanta tanto? ¿Será que, a deseo cumplido, deseo muerto? No lo creo, mas bien estoy convencido que aún un tipo como Justin Bieber nunca estuvo enamorado, ni siquiera de aquello que hace.
En mi caso, prefiero fracasar en algo que amo, a tener éxito en aquello que no disfruto.

Ahora ¿Cómo logras enamorarte apasionadamente y no perder la llama en el intento? Te voy a dar el secreto, aunque te rías: Un espermatozoide penetra en un óvulo y todos los datos genéticos que determinan quien vas a llegar a ser quedan codificados en esa primera célula. El cuerpo de la madre comienza a producir hormonas aún antes de saber que ella está embarazada. El corazón del bebé comienza a latir el día 22. A las cuatro semanas esa célula se ha multiplicado hasta hacerse 10 mil veces mayor. Y cerca del día 42 las neuronas se empiezan a multiplicar a la velocidad de diez mil por segundo, desde el nervio óptico hasta la corteza auditiva y el sistema respiratorio, todo dentro del vientre materno. El mayor milagro es que todo está encriptado en el microscópico código de nuestro ADN. ¿Qué tiene que ver todo eso con el amor apasionado? Que las pasiones y el amor verdadero son concebidas de una manera muy similar. Comienza con el anhelo de una pequeña célula, un solo detalle te atrapa el corazón y luego ese amor va creciendo de manera orgánica, la pasión se va haciendo mas y mas intensa, si es que no la dejas morir y le das espacio para desarrollarse. “Hoy te quiero mas que ayer” debería ser la frase de cabecera de cada día de nuestras vidas. Recuerda que las relaciones afectivas nunca permanecen estáticas, o se van haciendo mas profundas o mas superficiales, pero siempre están en movimiento.

No puedo dejar de pensar que nadie sentía más amor y pasión por la vida que el mismo Jesús. Y por eso se le da el nombre de “pasión” al último capítulo de su vida. Razón por la cual los seguidores de Jesús deberíamos ser los mas apasionados del planeta. Por eso mismo que me indigna esa gente que cree que “ama un poco”, pero no está segura. O aquellos que están “casi” enamorados pero no lo suficiente como para arriesgarse, porque en definitiva, viven una vida abúlica, en blanco y negro, salpicada por alguno que otro gris de tanto en tanto.

- ¿Eres feliz? -les preguntas.
- No me puedo quejar - te responden.
- Te pregunté si eres feliz.
- Bueno…tengo una linda familia.
- No me estás contestando lo que te pregunto.
- Digamos que no hacen faltar nada…
- No te pregunté por tu economía, sino por tu felicidad.
- Que se yo…supongo que si, no me lo he puesto a pensar.

Lo cierto es que al amor no hay que pensarlo, hay que sentirlo. A la felicidad tampoco se la supone, se la vive. En fin, en el mejor de los casos, recuerdan que alguna vez amaron y ya no edifican una vida ni mantienen la llama, solo se dedican a sobrevivir.
En mi caso, he decidido pintar la vida del color que mas me guste. Si amo, lo hago con pasión o prefiero no hacerlo. Escribo, dibujo y actúo con pasión. Doy mis conferencias y predico con pasión, como si fuese la última vez que lo fuese a hacer. Tengo algunas canas, un par de arrugas más y me canso un poco mas que hace dos décadas atrás, pero hasta nunca he perdido el fuego y espero no hacerlo nunca. No siento culpa ni pido perdón por ser intenso, por ir hasta el fondo siempre, por ser apasionado hasta quedarme sin fuerzas y caer exhausto en la cama, cada noche de mi vida. Lo invierto todo, lo doy todo, no me guardo nada para mañana, ni siquiera una buena idea para un próximo libro. El pasado murió mientras dormía, el mañana aún no me pertenece, solo cuento con el capital del hoy y lo transito con pasión.
Si así es como he vivido, imagínate como me gustaría morir: nada menos que amando, lo cual por estos días, es casi un artículo de lujo.

El amor en tiempos de facebook







Si el amor se definiera, desconocería su definición es tan complejo amar.

La primera vez suele ser confundido no sabes si estás enamorado o solo son ilusiones, las mezclas de sentimiento se hacen presente.

Te acuerdas cuando te enamoraste, ya sé me dirás:

-Eso ya pasó para que recordarlo
Pues y es el amor el que nos mantiene vivo, nos une, nos acelera, y nos rejuvenece.
Todo aquel que sabe lo que es el amor se vuelve eternamente joven, nos vuelve fuertes y en circunstancias débiles.
Nunca por miedos dejes de hacerlo, eso se supera pero la llama del amor se tiene que avivarla.

Los niños lo hacen con pequeños detalles, muchos me preguntan:
-¿Por qué no tienes enamorada?

Mi respuesta es que muchos están enamorados del amor, caen en la presión social de creer sentirse solos.
Pues la soledad no es una circunstancia es un estado.
Yo mientras disfruto y amo lo que hago eso me hace vivir realmente enamorado.
No quiero hacer una apología que soy un experto de aquello, mas bien una catarsis de lo que llevo por dentro si me he enamorado.
Diría que sí pero soy un desastre demostrándolo pero un experto escribiéndolo. Josías González

Detalles para enamorar


"No veo la hora de tener su mano"

Es una de las frases de una de las canciones de Jhon Lennon.
Los que todavía nos enamoramos, sabemos que hasta el detalle pequeño cuenta, es lo que hace avivar la llama de la pasión.

Detalles tan pequeños de los dos son cosas muy grandes para olvidar otra hermosa canción digna de dedicar para el amor anhelado.

Pero que hay si aun no lo tienes, hay tanto por amar en esta vida que pienso que no nos llega alcanzar para amar con toda nuestra plenitud.

Admiro a los que se enamoran y escriben poesías y no se las entregan a los poetas que se mantienen en el anonimato, a los que aun aman en silencio, los que con miradas hablan lo que las palabras no dicen.
Los que aun escriben para saber como estás aun sabiendo que la respuesta será un:
-Bien

Para los que ya encontraron esa persona especial no la tienen ganada totalmente, si piensas que ya terminaste de conquistar a una dama estás equivocado.
Los feligreses de las novelas pensaron muchos de ellos pero tal pensamiento errado los llevo al fracaso dejándolos en el olvido.

Yo aun soy de los que prefieren escribir algo aunque no le den respuesta alguna, los que admiran desde lo lejos al ser amado.
He aquí está un baul de recuerdos. Josías González

De oruga a mariposa.


Las cosas que pensé que nunca me preocuparían:

Cuando somos niños, pensamos que la vida es un patio de juegos, en aquellos tiempos donde jugar era parte de tu vida, donde los clásicos juegos de amigos era las cogidas, las congeladas y las escondidas, aquellos juegos que para los hombres siempre serían un clásico como Mario Bros y Street Fighter.
En ese entonces nunca teníamos la más remota idea de como sería la vida después de aquella gloriosa etapa.

Pensar en esto me recuerda las cosas que pensé que nunca me preocuparían y ahora me preocupan, nunca me preocupe de alguna mala nota en la escuela siempre supe que mamá podría desvelarse y ayudarme en aquello.
Para mi no había algo mejor que celebrar tu cumple años, que compraran la deliciosa torta, y apagar las velas pidiendo por algún deseo.
Jamás me preocupaba por como ir a la escuela o el colegio, sabía que papá siempre estaría ahí para movilizarme.
Nunca pensé que me llegara a enamorar de alguna niña, en ese tiempo creía que las mujeres solo pasaban llorando por cualquier tontería.

Ahora el madrugar es cosa de todos los días y si algún deber hace falta terminar, lo hago solo sin la ayuda de mi madre.
Cada 24 de diciembre que mis amigos me traen la susodicha torta llena de velas, solo pienso que no es un año más de vida, sino uno menos que me resta por aprender y hacer cumplir los sueños de cualquier ser mortal.
Aveces es difícil movilizarse y no siempre cuento con la ayuda de mi padre para que me vaya a ver o a dejar a la universidad.
Ahora se que cada día estoy más cerca de encontrar a la mujer que he amado en silencio todo este tiempo.

Siempre vas añorar ciertos episodios de la vida, el colegio pienso que marca el alma juvenil de todo ser, siempre extrañare reflexionar con una clase de Angel Monar y de sus famosas historias emotivas.
Extrañare no a mis amigos del colegio sino a la familia que la A.N.A.I me brindo a mi hermano Angel Mosquera que fuimos como Quijote y Sancho en aquellos días donde compartir era lo más común.

A mis grandes amigos Diego, Oscar y Jimmy donde siempre había una excusa para reunirnos y compartir gratos momentos.
Simplemente "la vida no es la misma" mencionó Aldous Huxley en su libro un mundo feliz.
Hay etapas que solo quedarán para el baúl de los recuerdos y para los álbumes de fotos.

Sé que lo mejor está por venir estoy en una ciudad nueva, donde las mejores de las historias de mi vida se escribirán acá se que mis mejores escritos estarán por escribirse, se que mi liderazgo está por afianzarse.
Las páginas de nuestro futuro no la creamos solo con sueños sino con determinación y concluí que Dios me puso en esta ciudad y aunque "la vida ya no es como antes" siempre agradeceré a Dios por dejármela vivir con plenitud. Josías González

Amor vs Rutina


Un destello de inspiración:


Siempre me preguntan cual es el causante de mis escritos, siempre que escucho alguna canción trato de los breves minutos de la canción pensar cual fue la causante de aquel crónica de amor, hay canciones que bastan unos minutos escucharlas para llevarte por horas.
Escenas con bemoles románticos que darías lo que fuera por trasladarte en aquellos tiempos cuando vivías momentos mágicos de amor.

Hace poco converse con un señor de avanzada edad, me sorprendió que tenía 60 años de casado le pregunté:
-¿Que hay que hacer para vivir eternamente enamorado?
-¿Cómo a que te refieres?
-Tanto tiempo con su esposa y se sigue amando ¿Cómo lo logro?
-Ah, es eso parece que fuera fácil el secreto es siempre recordar que fue lo que los unió. Y por nada del mundo acostarse enojado.

No tuve el tiempo de hacerle una entrevista pero me sorprendió aquel cruce de breves palabras de aquel veterano sabio, aveces el trajinar del día nos hace olvidar que nos unió con aquella persona, la vida es tan corta que dejar de amar tan solo es una pérdida de tiempo, ama hasta convertirte en aquel ser amado.

¿Cuándo se pierde la pasión?

Muchos señalan que es cuando haces mucho el amor, lo que sé que desde que el sexo se hizo fácil de conseguir el amor ya no, además si fuera así no existirían las singulares historias románticas, los boleros de Manzanero, las poemas de Neruda la pasión no se pierde por muchas veces que haces el amor, ni porque perdió aquel figura que vislumbraba su silueta al caminar la pasión se pierde cuando olvidas que fue lo que te enamoró.

Pensar en aquello me recuerda que por nada olvide que nos unió y por nada acostarme sin resolver aquel cruce fuerte de palabras. Josías González

EL MENSAJE DE LOS VIERNES.


“LOS VIERNES SIEMPRE SON MUY BUENOS...”

- Mamá…¿Qué haces cuando la persona que mas necesitas es la que mas lejos está de ti?

- La distancia no significa nada, hija, cuando alguien significa todo.
- No me refería a que está lejos geográficamente, sino que no puede estar tan cerca de mí como quisiera.
- ¿Te enamoraste?
- No lo se…la verdad es que me molesta sentir tantas cosas. Es increíble como una persona te puede cambiar el estado de ánimo. El tiene ese extraño poder, una palabra suya, un gesto…y siento que cambia mi día.
- Uf! Se algo de eso. ¿Sientes que te entiende?
- Como ninguna otra persona en este mundo!
- Y bueno…amar es encontrar a alguien que te entienda sin dar demasiadas explicaciones. ¿Eso es lo que te molesta?
- No se si me molesta…mas bien me enamora.
- Un gran hombre es ese alguien que despoja despacito tus secretos...es un señor, más que todo un ser humano que como nosotras tienen sus historias pasadas, bien o mal vividas. Un verdadero caballero no te quita la ropa, sino que te va robando los secretos que creías tener muy guardados, hasta que un día te deja con el corazón expuesto, desnudo.
- ¿Y eso es malo?
- Según quien sea. Cuando logra llegar a tu corazón, ya no hay mucho que puedas hacer. Por eso ruego que sea un caballero.
- ¿Lo dices por papá?
- Lo digo por todos los hombres. Aunque tu padre era muy especial.
- Cuando las mujeres decimos “muy especial” es porque hay cosas que no nos gustan.
- Hija, nadie es perfecto; ser hombre es…buscar dentro de su corazón el sentimiento que lo hace un caballero. Cuando encuentres al tuyo, te hará sentir sublime, amada. Todo lo demás, no tiene importancia.
- Y pensar que yo me prometí a mi misma que jamás me iba a volver a enamorar!
- Jaja, no puedes prometerte eso! No es algo que puedes manejar o razonar, hija. Ojalá fuese una decisión que se toma con la mente. El corazón es el que decide. Si eres difícil para enamorarte, la vida me ha enseñado lo que es la perseverancia de un buen hombre. “Si una gota de agua que insiste logra penetrar una roca, de forma inevitable se cuela por la más insignificante grieta y aunque la roca no quiera, logrará…
- …Bañar su corazón!” Conozco la frase. Eso solía decirlo papá.
- El si fue un hombre perseverante, de esos que sin apuro…van adueñándose de a poquito de tus sentimientos, como un intruso, de esos que un día te dicen: “¿Señorita, sería tan amable de dejarme poner mi bolso en este rinconcito de su corazón?” y tu muy ingenua le respondes: “Claro, no puedo negarle eso a nadie”, pero luego de unos meses, se termina adueñando de todo y tu te preguntas ¿Cómo lo logró?
Un hombre apurado no logrará mucho, pero si realmente se toma su tiempo…logrará tenerte. No quedan muchos hombres así, son especies en extinción.
- ¿Papá era así?
- Tu papá era un niño.
- ¿Por?
- Porque la mayoría de los hombres siguen siendo niños. Sienten temores, tiemblan cuando nadie los ve, les gusta ser el centro de atención de la mujer que robó su corazón. Y así como son niños, te bajan la luna si desean conquistarte, bajan estrellas, no anotan fechas, olvidan aniversarios, son distraídos, pero con una mirada al alma te llevan hasta el cielo.
- ¿Y si luego me rompe el corazón? ¿Y si algún día me defrauda?
- Es un riesgo que las mujeres debemos correr. Si lo que te pasa es que tienes miedo, solo puedo decirte que si no pruebas no lo sabrás nunca. Tu padre solía decir: “¿Cómo vas a extrañar mis besos si no sabes cual es el sabor de mi boca? ¿Cómo vas a extrañar mis abrazos si no sabes como aprieto? ¿Cómo vas a extrañar olerme si no sabes cual es mi aroma? ¿Cómo vas a buscar refugiarte en mis brazos cuando el despertador suene si no estoy contigo en la mañana? ¿Cómo vas a extrañar mi saludo y mi regreso si ni siquiera me he despedido de ti?”
- Todo un poeta papá…¿estuviste perdidamente enamorada de el?
- ¿Acaso las mujeres sabemos amar de otra forma? A diferencia de algunos hombres, las mujeres no nos “enamoramos un poquito” ni tampoco “amamos a medias”. Eso es justamente lo que pone en constante peligro a nuestro corazón. Claro que lo amé perdidamente! Por eso, si realmente amas a este hombre, no dejes de hacérselo notar; estoy segura que el lo está necesitando.
- ¿ “El” lo está necesitando? ¿Ni siquiera sabes quien es y resulta que ahora estás de su lado? Yo soy tu hija! ¿Lo recuerdas?
- Es que si ese hombre, sea quien sea, logró llegar a tu corazón, es alguien que merece tenerlo y punto.
- ¿Y “punto”? ¿Así resuelves las cosas? ¿Te vengo a contar que me siento confundida y tu solo me dices que a el le hace falta mi amor? ¿Y lo que yo siento no importa?
- Lo que tu sientes ya no tiene vuelta atrás. Es que conozco esa mirada y conozco a mi propia hija. No estás confundida, estás enamorada hasta el alma y no hay mucho mas que hacer, solo decírselo. Sea que te rompa el corazón o te lo cuide por el resto de tu vida…ya no es tuyo.
- En realidad entre nosotros nunca pasó nada, pero siempre hubo algo. Hay algo que ambos sentimos, que está allí, en el aire. Cuando yo le hablo, el me hace sentir que en ese momento no hay nada mas importante en todo el universo que aquello que le estoy diciendo. Está pendiente del mas mínimo detalle.
- Me sigues hablando así de el y me termino enamorando yo!
- Mamá!!!
- A propósito, ¿qué día es hoy?
- Viernes ¿por?
- Los viernes siempre son muy buenos para decir “Te amo”. Dante Gebel(escritor argentino)